lunes, 28 de febrero de 2011

Réquiem ~~ capitulo 8

Este capitulo va dedicado especialmente para Sunnie ^^ que hoy esta de cumple . Sun muchas felicidades y ha sido genial conocerte siempre me haces reír con tus locuras y tu loco amor por Kyu (?) que te vaya muy bien y te espero en  mi casa en Corea :O xD 



Capitulo 8






A veces me detengo a pensar en lo cambiante que es el mundo humano, si bien sigue un ciclo de vida muy parecido al de Seol y me imagino que al de Caelum, en cierto modo es diferente, hace unas pocas horas el sol golpeaba fuertemente en mi rostro mientras caminaba por la playa junto a Lys y en cambio ahora llueve torrencialmente como si las nubes quisieran quedarse sin agua… quedarse sin agua, me imagino que los humanos cuando lloran esperan eso… quedarse sin agua, sacar todo lo que tienen dentro de una vez por toda mediante las lagrimas, la verdad encuentro que eso es lo mas absurdo de su raza, son tan débiles que tienen que mostrar sus sentimientos de algún modo y las lagrimas… son tan humillantes. En la oscuridad de mi departamento, observando por la ventana mientras finas gotas chocan contra el cristal medito acerca de las cosas que han pasado últimamente, no se en que estaba pensando cuando le confesé algunas cosas a esa humana, quizás desvariaba un poco, un momento de debilidad claro, tal vez es que el enlace es cada vez mas fuerte y eso por una parte es bueno para mi, así le será mas difícil a esa señorita cursi acabar conmigo además de que Lys estará tan atada a mi que tendrá que hacer lo que yo le diga.
- ¿Qué diablos haces aquí? – pregunte sintiendo una sutil presencia a mi espalda, se oyo una risita suave y femenina.
- Que uses el “que diablos” debería tomarlo como algo bueno ¿verdad?

- ¿Crees que usar el “por el amor de Dios” sonara mejor? – dije sarcásticamente sin darme la vuelta – era una ironía, claro por si no lo entendiste.
- Oh vamos Daemon, no tienes porque se tan hostil conmigo, de echo no deberías serlo, hay demonios mayores que dejan de lado su orgullo solo por adularme…
- Eso no se aplica a mi persona, y lo sabes bien, no te debo ni un mínimo de respeto porque tú no te lo has ganado.
- ¿Y quién entonces lo tiene? ¿Acaso el…? – fruncí el ceño ante la mención inconclusa de obviamente mi abuelo y me gire lentamente para observarla un poco molesto, no quería darle la satisfacción se mostrar el odio que realmente sentía hacia ella. Su presencia siempre lograba descolocarme un poco, pero me reponía al instante y es que su belleza podría dejar mudo a cualquiera, su piel blanca y lisa, sus cabellos rojos cayendo desordenadamente sobre sus hombros desnudos y enmarcando su rostro de un modo encantador, su cuerpo perfecto ceñido a un deslumbrante vestido gris metálico, lo único que la volvía menos encantadora era esa expresión de superioridad y sus ojos de un rojo oxido que no tenían brillo alguno.
- Soy el único al que realmente respeto – comente tranquilamente.
- Eso suena egocéntrico incluso viniendo de un semidemonio – dijo divertida – eso es lo mas interesante de ti Daemon y lo que mas me gusta.
- Dime de una vez qué haces aquí, tu por sobre todos los demonios de Seol eres quien mas aborrece este mundo después de…
- Si, es verdad pero por ti llegaría hasta Caelum, cariño… - me interrumpio Lilith.
- Ah por favor Lilith, deja esa estúpida obsesión que tienes por mi, jamás te perteneceré y por lo tanto estas perdiendo tu tiempo aquí.
- Eso es lo que tu crees – dijo furiosa mientras desaparecía entre las sombras – pero no te dejare en paz – esa ultima frase quedo en el aire y un escalofrió recorrió mi espalda, sabia muy bien que no debía provocar a un demonio como Lilith pero no le temía, suspire mientras tomaba mi chaqueta y salía de la habitación, su olor aun estaba impregnado en el lugar y tomaría un buen rato librarme de el, así que era mejor no estar ahí.
Vague largo rato por la ciudad meditando si tal vez debería ir donde Lys y rescatarla de la bondad de esa mariposita y divertirme un rato, pero decidí que no, entre tranquilamente a un bar y pedí algo para beber, en estos momentos tenia cosas mucho mas importantes que preocuparme de la estúpida de Lilith y de ese cursi homosexual alado, así que por el momento era mejor mantenerme lejos de ellos y distraerme un rato.
- Donde el cielo y el infierno se unen… - susurre por lo bajo y el hombre que se hallaba detrás de la barra se inclino al pensar que le había dicho algo, le lance una mirada peligrosa y retrocedió murmurando en voz baja acerca del mal humor de los jóvenes de hoy en día. Al parecer había elegido un muy mal lugar para meditar sobre mis búsquedas así que pague y salí de ahí rápidamente. Al final no sabia que hacer ni donde ir por primera vez en mucho tiempo, al menos desde que llegue al mundo humano, tal vez necesitaba conversar con alguien para aclarar mis puntos pero no sabia a quien recurrir, no por necesidad de compañía si no mas bien por información, de pronto y sin previo aviso vino a mi mente el rostro de Asbeel, gruñí internamente, me molestaba mucho llegar a pensar en el y sobre todo en este momento pero era quien mas información me podía dar sobre el ángel y tal vez a el habían llegado en Caelum algunos rumores acerca de lo que yo estaba buscando. Sin perder mas tiempo desaparecí en un callejón y fui hacia el portal que me transportaría nuevamente a Seol, últimamente mis viajes hacia ese lugar parecían haber aumentado aunque el propósito de venir a la tierra era exactamente para no regresar en mucho tiempo.
Según las fuentes bíblicas los demonios nacimos de la caída de Lucifer desde el cielo, déjenme decirles que todo aquello es una absurda mentira inventada por los humanos, en teoría, ángeles y demonios somos una misma especie solo que con diferentes naturalezas, mientras los ángeles son la luz, nosotros somos la oscuridad, nuestra existencia no se limita al bien o al mal, es algo mas que los mortales jamás entenderían, tampoco es que estemos en guerra todo el tiempo, mas bien vivimos en paz y convivimos porque sabemos que deben existir ambos bandos para poder continuar tranquilamente ya que nos complementamos y creamos un equilibrio. Bien, ahora ¿porqué les di esta breve explicación acerca de nuestra especie? Por la simple razón de que me molesta ver ángeles caídos en este espacio, cuando un demonio comete un acto indebido o fuera de lo que se espera de el, nosotros no lo enviamos a Caelum y en definitiva este tampoco sobreviviría mucho tiempo ahí, pero aun así esos absurdos querubines de peluche se atreven a invadir nuestro territorio enviando a su basura acá, no se a quien se le habrá ocurrido semejante estupidez pero les aseguro que si un día me encontrara con ese ser le daría un golpe en la cara… o lo que sea que tenga, supongo que se le paso por la mente que tal vez si un ángel hacia algo malo era porque prefería haber sido un demonio y lo envían a Seol por esa razón, la que obviamente no me parece ni remotamente justa para nosotros, pero en fin, todo esto se me vino a la mente porque al parecer el ser que justamente estaba buscando aparece frente a mi de improviso, con su rostro serio y sus ojos de hielo, en la entrada del palacio.
- Asbeel… - mi pequeña criatura molesta que aun emana tranquilidad por cada poro de su cetrina piel.
- Daemon, que sorpresa verte por acá – no parece sorprendido, desde siempre ha sido un terrible mentiroso, quizás porque los ángeles no pueden mentir, no porque simplemente e les este prohibido sino mas bien porque su bondad no los deja engañar.
- Pareciera como si hubieras estado esperando que regresara – digo sin embargo entrando a Abadía.
- Quizás, eres el único de por aquí con el que puedo hablar – sonríe con cierta melancolía.
- Oh, vaya que honor, ¿pero porqué no buscas a algún otro ángel caído para recordar viejos tiempos?
- Porque no son ni la mínima parte de interesantes como lo eres tu… - sabia que eso debía tomarlo como un cumplido, sobre todo viniendo de Asbeel pero mas bien me sonó a ofensa, le lance una de mis peores miradas y note, con gran satisfacción que lo intimidaba un poco.
- De acuerdo – cedi – de todos modos tengo algunas cosas que preguntarte – me adelante y sentí mas que ver, como me seguía.
Cuando llegamos al balcón, mismo lugar donde hablamos por ultima vez me gire lentamente, apoyando mi espalda en el barandal de piedra que actuaba como reja de protección, apoyando las manos a los costados de mi cuerpo y arqueando un poco la espalda para sentir el fresco viento de la noche, Asbeel se quedo quieto, frente a mi con una mirada curiosa.
- ¿Qué son esas cosas que quieres preguntarme? 
- Quería saber qué tipo de shampoo usas para mantener tu cabello así – dije seriamente y Asbeel me miro como si estuviera loco – vamos, que es impresionante lo bien que lo mantienes – continúe – o es que quizás todos los ángeles tienen el pelo así de brillante… - medite un momento – uhmh, quizás sea eso, después de todo no he visto muchos ángeles en mi vida…
- Daemon…
- Asbeel…
-
- Quizás podrías hablarme de esos otros ángeles y sus métodos de cuidado del cabello… - comente entrecerrando los ojos, el peliplata capto la indirecta en mi voz y pareció algo desconcertado.
- ¿Por qué querrías saber sobre nosotros? – pregunto indeciso, le lance otra mirada peligrosa y asintió sin reprochar mas – De acuerdo… qué es exactamente lo que quieres saber sobre nosotros… o ellos – sonreí y comencé a hacerle preguntas.
Hace un par de horas ya que Daemon me ha dejado en mi habitación, mis padres no me hablan así que no tuve problemas en aparentar que jamás salí de aquí, en mis labios aun siento el sabor salado del aire marino, llevo mis dedos hacia ellos y siento el cosquilleo de un beso no dado, he pensado durante estos minutos que tal vez Daemon ha llegado a gustarme o si no, ¿porqué desearía que me bese nuevamente? Tal vez se debe a que al ser un demonio es irresistible y estoy cayendo en su trampa, de todos modos no puedo quitarlo de mi mente aunque eso mas bien lo atribuyo al enlace. Cierro mis ojos para intentar dormir, me parece extraño que Azael no haya aparecido aun, lo extraño y eso me parece un poco raro ya que hace nada que lo conozco, al fin me duermo entre sueños intranquilos.
Cuando despierto siento como si mi vida fuera a continuar normalmente, justo como era antes de que Daemon llegara a ella en un aterrizaje de emergencia (en cualquier lado, en el momento menos esperado), dicen que la ignorancia en la base de la felicidad y por eso seria mucho mas feliz no sabiendo que existen los demonios ni mundos paralelos llenos de cosas desconocidas que poco a poco se me va revelando. No hay rastros ni de demonio ni de ángel, no es que me moleste el ángel pero por primera vez en estas semanas me siento… normal. Me levanto y después de todo lo que se hace en su casa me voy al colegio, la misma rutina de todos los días antes de que todo lo que sucedió sucediera.
El día continua su curso tranquilamente y yo me dejo arrastrar por eso tranquilamente, cuando terminan las clases con cierta extrañeza veo que no hay nadie esperándome y eso esta bien, vuelvo a la soledad de caminar por la ciudad sin rumbo y sin nadie que guie mis pasos, me siento realmente libre. A medida que pasa la tarde ese sentimiento va creciendo y de pronto se convierte en angustia, antes de conocer a esos dos estaba sola y vivía con ello, pero ahora… creo que es verdad cuando dicen que si vives en soledad no extrañas a la gente, pero si conocer la compañía la soledad es un castigo, al parecer conocí la compañía, de diferentes formas pero al fin y al cabo no estaba sola, Daemon insoportablemente cruel y Azael pacientemente comprensivo, no es que se hayan ido hace mucho pero de algún modo quiero verlos, a cualquiera de los dos…
- Daemon – susurro al tiempo que me doy cuenta que di a parar en el lugar en que nos conocimos y estoy justo frente al columpio donde el estaba sentado aquella vez.
- Solo tenias que decirlo – me murmuran al oído, sobresaltada me doy la vuelta y ahí esta, con su cabello desordenado atractivamente algo mas largo de lo normal, esa sonrisa ladina de superioridad y esos ojos oscuros como la noche. – Así que después de todo me extrañas – comenta mordazmente, siento como me ruborizo y le doy la espalda inmediatamente.
- Yo no… - pero no tengo excusas, estoy en el lugar del comienzo “nuestro” lugar.
- Lo que me parece raro es que me hayas llamado a mi y no a el – entiendo que se refiere a Azael y la culpabilidad de apodera de mi ser mientras intento controlar mis emociones.
- ¿Cómo apareciste tan rápido? – pregunto algo desconcertada.
- Estuve todo el día contigo, solo que no quise mostrarme – dijo encogiéndose de hombros, ahora entiendo porque Azael no se apareció, pero increíblemente me sentí mejor al saber que Daemon había estado conmigo.


Asbeel me dio bastante información útil en nuestra conversación, no se si por la costumbre de responder a todo lo que se le pregunte, porque se aburría o tal vez porque le revele algún secreto, pero el punto es que dijo justo lo que quería oír e incluso mas, ahora si que tengo un plan para acabar con ese ángel o al menos vencerlo en lo que a Lys se refiere. Debo admitir que me sorprendieron bastante algunos datos, sobre todo cuando le revele a Asbeel el nombre de Azael, pero por el momento prefiero no entrar en detalles.
Lleve a Lys a su casa y la deje a merced de ese pollo albino que sabia que en cuanto me fuera aparecería, pero era perfecto, en el transcurso del día había planeado algo realmente interesante para llevar a cabo mis propósito, aunque obviamente ni Lys ni el pollo ese deberían saber que estaba tras el inusual acontecimiento. Me fui a mi departamento y espere a que transcurriera la noche, dormí un par de horas quizás y antes de la madrugada me dirigí a las cercanías de Lys, desde la mayor distancia posible vi como el ángel la acompañaba a su colegio, ella no lo sabia claro y camino como siempre, el día fue como siempre: aburrido hasta que llego el final de las clases, Azael la espero y se fueron juntos, no había notado mi presencia, pobre ángel ingenuo tal vez pensó que por no haber aparecido otras veces esta vez tampoco iba a hacerlo, pero lo cierto es que me sorprendió ver su rostro, lo que me comprobó a la vez lo que Asbeel me había dicho de el. Lo obvio hubiera sido que Lys se fuera directo a casa pero yo sabia muy bien que eso no ocurriría, sobre todo si estaba en compañía de su angelito de la guarda, por lo que me prepare para esperar el momento mas apropiado de actuar y llego justo cuando mi humana y esa cosa emplumada estaban en el centro comercial.
- Perfecto – dije con una sonrisa al tiempo que me situaba en un lugar estratégico para llevar a cabo mi plan: el centro del lugar, donde había una gran pileta y la mayor cantidad de gente se reunía ahí. Minutos después Lys y Azael hicieron su aparición y de un momento a otro todo quedo sumido en un caos total.

No sabia lo que pasaba, oía gritos a mi alrededor y la gente comenzaba a entrar en pánico, mire a todos lados, Azael se mantenía a mi lado, entre asustado y sorprendido, al parecer no sabia que hacer.
- Se derrumba… - lo oí susurrar lo que me hizo mirar instintivamente hacia arriba y en efecto el techo comenzaba a desmoronarse, los cristales rotos caian como una fina lluvia cortante, cerca de mi un hombre sangraba y yo no podía pensar, tenia que salir de ahí pero por el desorden no podía, Azael se mantenía quieto sin siquiera pestañear, creo que mantenía una batalla interna, pero no podía esperar mas, de pronto una señora que estaba cerca de mi grito aun mas fuerte, parecía que se diría hacia mi, no entendía nada y cuando mire hacia arriba comprendí lo que sucedía, un gran pedazo de cristal caía, como en cámara lenta justo a donde yo estaba cerré los ojos pero una extraña fuerza tiro de mi y luego ya no oí nada mas.

Sonrei al ver que mi plan había salido tal cual lo había planeado, ahora solo me quedaba una sola cosa por hacer, pero eso podía esperar hasta un poco mas tarde, me di la vuelta, después de todo una cuantas vidas humanas no significaban nada…



Chicas perdón por la espera , no me maten D: pero ya estamos aquí ^^ . Muchas Gracias por sus comentarios