Capitulo 5
Aun no asimilo la situación ¿cómo es que a un ángel se le ocurre invadir mi territorio mientras yo me encuentro fuera? Y por sobre todo ¿Cómo se le ocurre acercarse a MI humana? Benditos cursis homosexuales alados entrometidos -y creo que no tengo para que explicar la ironía de la palabra “benditos”- siempre interfiriendo donde no los llaman, no es como si la fuera a matar, de echo debo protegerla para que no muera y a parte del daño psicológico que pueda llegar a causarle, físicamente estaría intacta y eso es lo que les importa a ellos ¿o no? De acuerdo, quizás no es tan así y acepto que me he pasado un poco siendo hostil con ella pero ¿qué esperan? Soy mitad demonio, es lógico que actuara como un maldito y la verdad es que no me arrepiento de ello, es tan divertido. Pero en fin, volviendo al inicio de todo esto, luego de besar a Lys para hacer sufrir a Cassandra –cosa que conseguí ya que note como se sintió humillada-, la lleve lejos de ahí, ella no podía reaccionar de la impresión, pobre niña tonta al parecer jamás la habían besado y eso si que debe ser triste para una adolescente, es decir ¿qué chica no ha soñado con encontrar a su estúpido príncipe azul que la consienta en todo y le de su primer beso? Lamentablemente yo soy todo lo contrario a un príncipe azul y me encanta ser así, mala suerte para ella y más diversión para mi, ya que después de todo no me pareció tan malo besarla, es decir solo fue un beso y para ser solo eso no estuvo tan mal como lo había esperando, fue casi como lo había sido con todas las demás chicas con las que había estado, ni una me importo y Lys me importa solo porque me une a este lugar.
Cuando llegamos a su casa ella seguía sin hablar, en estado de shock o demasiado deprimida como para decir algo, eso es lo que mas odio de ella, que no logre asimilar las cosas de un modo mas rápido o tal vez es que yo soy demasiado impaciente y su mente un poco retardada, oh pero ¿para que miento? Odio hasta el aire que respira, es extremadamente molesta en todo su ser, esa aura que me hizo llegar a ella, esa esencia tiene algo que me provoca un rechazo como jamás había sentido hacia alguien, se ve demasiado débil para mi gusto, pide muchas explicaciones y no valora su vida… Humanos estúpidos… odio mi parte humana y odio a los humanos, tan manipulables, tan sumisos, tan apasionados y autodestructivos, suicidas y con temor a la muerte… La mire un momento antes de irme, quería decirle algo, algo cruel, herir su orgullo, reírme de ella por ser tan inocente pero me arrepentí y salí en silencio del lugar, ya era tarde así que podía alejarme de ella sin sufrir las consecuencias. Jamás he dicho porque no puedo salir de Seol durante el día sin tener un enlace, eso es porque los demonios estamos regidos por el poder de la oscuridad, la luz nos debilita si no tenemos directa conexión con alguien del lugar, los demonios completos no tienen la necesidad de atarse porque son más resistentes pero en todo caso evitan pasearse ante los humanos ya que los consideran despreciables, bueno, mucho mas que yo.
Camine sin rumbo durante las primeras horas del atardecer para luego dirigirme a uno de los edificios mas altos de la ciudad, ahí estaba mi lugar de residencia, el ultimo piso que me pertenecía solo a mi, no tenia mucho contenido, algunas cosas necesarias, un par de muebles pero las paredes estaban vacías, pintadas de blanco creando la ilusión de ser aun mas amplio de lo que debería. Me asome por el balcón y deje que los últimos rayos ya débiles del sol iluminaran mi rostro y la suave brisa de otoño desordenara mis cabellos, la luna brillaba firmemente en lo alto, es absurdo pensar que un astro tan hermoso no pueda ser independiente… los demonios estamos regidos por la luna, algunos creen que es porque dependemos de la voluntad de los ángeles para vivir pero yo creo que dependemos mas bien del equilibrio entre el bien y el mal, la luna solo demuestra que no es necesario tener un brillo propio para ser mas imponente que lo que te da la energía… El sol te muestra la verdad, la luna las ilusiones… Y ahí estaba, tranquilamente meditando sobre esto cuando sentí la llegada de un ángel cerca, son tan evidentes, no pierden su tiempo intentando ocultar su presencia y esa esencia de bondad los rodea apestosamente como un perfume barato, y lo peor de todo, es que pudo haber llegado a cualquier parte de la ciudad y no me habría importado pero se apareció justo en la casa de Lys ¿cómo lo se? Las cadenas que me unen a ella son una extensión de mi cuerpo y por lo tanto están capacitadas para advertirme en caso de “peligro” o posibles “depredadores”, ya que tanto ellas como yo sentimos la presencia benigna de un ángel. Enfurecido di un vistazo al horizonte por ultima vez y salí precipitadamente del lugar, tenia que llegar pronto y evitar que ese estúpido ser arruinara mis planes, porque sabia que si Lys tenia el tiempo suficiente de ser convencida por el, no dudaría en entregarme, no porque sea mala si no porque yo la aterrorizo.
Sentí la presencia de Daemon cerca, fue algo extraño porque nunca antes me había sucedido pero era tanta la bondad que irradiaba del ángel que creo que pude notar la maldad del demonio o al menos eso es lo que puedo llegar a concluir por el momento, también esta la horrible posibilidad de que el enlace con Daemon se haya vuelto mas fuerte y por eso lo sentí.
En cuando Azael abandono mi habitación me sentí vulnerable y sobre todo consternada, demasiada información en tan poco tiempo, revelaciones que no quería saber, lo único que hacen estos… seres es arruinar aun mas mi vida, y a cada momento que pienso en lo que me ha sucedido mas me convenzo de que todo es tan absurdo y sin sentido que yo… simplemente no puedo asimilarlo, aunque entiendo que este estado no podrá durar toda mi vida, al menos ya me estoy habituando a Daemon, pero justo cuando creo que ya nada podría sorprenderme aparece un ángel… es un poco injusto, pero a diferencia de Daemon, Azael me hace sentir segura…
- Parece que estabas bien acompañada – sentí su voz cerca de mi oído y sobresaltada lo vi sentado a mi lado, sonreía, aunque era una sonrisa glacial, los ojos entrecerrados advertían peligro.
- Yo…
- Lo llamaste ¿verdad? – negué con la cabeza asustada – ¡ah claro! con tu inteligencia subdesarrollada es imposible que hayas encontrado el modo de hacerlo – y ahí estaba de nuevo, humillándome, tratándome como la peor escoria del mundo, demostrando su superioridad del modo mas cruel posible y yo solo teniendo dos opciones, quedarme en silencio y esperar a que se aburra o actuar… elegí por primera vez la segunda y del modo que pude le di una bofetada, tardo unos segundos en reaccionar, creo que ni siquiera le dolió pero si lo sorprendió, una chispa peligrosa apareció en su mirada.
- ¡Deja de tratarme como una tonta! – exigí ya harta, mientras el mostraba una sonrisa divertida.
- Vaya, vaya… la pequeña humana ha reaccionado – su voz estaba cargada de algo que no pude distinguir ¿sarcasmo? ¿burla? Ambas quizás – puedes golpearme cuantas veces quieras pero eso no me afecta querida… tu fuerza no se compara con la mía y por lo tanto es como si un insecto molesto chocara contra mi, en ambos casos siento… solo asco.
- Como si tu cercanía fuera algo muy bueno para mí… - comente con odio. Dicen que cuando sientes algo muy fuerte no puedes controlar tus acciones, yo siento un odio desmedido por Daemon y la verdad es que ya no me importa perder la vida por ser insolente con el, después de todo no soy yo quien lo necesita.
- Se supone que no debe ser bueno que un demonio te haga compañía - se aparto de mi y salto de la cama dándome la espalda – así que deberías dejar de decir cosas obvias, el ahorro de palabras es lo que mas les falta a las personas estúpidas…
- Entonces deberías callarte tu primero – conteste y el soltó una carcajada.
- Nuevamente debo recordarte que yo… no soy una persona.
- Por lo tanto deberías comportarte como el demonio… oh perdón! Semidemonio inteligente que presumes ser y mantener un rato esa boca en silencio, harías un bien al mundo…
- Quiero hacerle mal al mundo.
- Lo se, era una ironía, ahora resulta que de a poco te vuelves lento… - el se quedo mudo y no giro para mirarme pero note que sus puños se mantenían firmemente cerrados, sus nudillos estaban blancos, sonreí por primera vez en su presencia, había derrotado en palabras a un maldito demonio. – Y no sé como llamar a un ángel porque hasta hace poco no sabia que existían, de todos modos aunque me hubiera imaginado que lo hacían no habría averiguado el modo de invocarlos, aunque resulta interesante saber que puedo hacerlo, quizás lo logre algún día y así por fin me libraría de ti y tu molesta presencia.
- Molesta presencia ¿eh? - se giro y me fulmino con la mirada – cuando te bese no pensabas lo mismo… - sentí como la sangre se amontonaba en mi rostro.
- No se a que te refieres… - pero era tarde, el me había recordado lo que había sucedido horas atrás a la salida del colegio, había recibido mi primer y horrible beso de labios de un imbécil que arruino aun mas mi vida y lo peor de todo es que parcia haberlo disfrutado, debo admitir que no me desagrado del todo pero fue extraño… sumamente extraño. – el que no haya podido reaccionar no quiere decir que me haya gustado – argumente lo mas neutral que pude, no me gusta Daemon, quizás es el tipo de chico que alguna vez imagine, pero solo en apariencia, el en si es… es todo lo contrario a lo que yo querría… - porque lo único que siento por ti es odio.
- Parece que nos estamos entendiendo – se giro y sonrió eliminando la mirada peligrosa – ambos nos odiamos y sin embargo permaneceremos unidos por la eternidad hasta tu muerte, bien, me parece algo sumamente divertido después de todo, si solamente no me interesaras no tendría gracia estar cerca de ti, pero mantenerte alterada se hará mi método de vida de ahora en adelante – perpleja vi como se esfumaba de mi habitación y dejaba flotando en el aire las ultimas palabras como una amenaza en la noche.
Así que también me odia… esto es malo, el odio conduce a decisiones apresuradas y si no tengo cuidado terminare por desaparecer debido a mi propia irresponsabilidad, pensé que si al menos me temía no se atrevería a ir en mi contra pero esto esta mal, realmente mal, tendré que hacer algo para cambiar el posible resultado de mis acciones y lo primero que tengo que plantearme es qué es lo que buscan los humanos. Según lo que sé lo primordial para ellos es la confianza, o sea que tengo que lograr que confié en mi y para hacer eso debo dejar de molestarla todo el tiempo, pero se que hay algo que los mantiene aun mas unidos entre ellos, ese sentimiento empalagoso que me fastidia de sobre manera, del cual los ángeles están orgullosos y los demonios asqueados: El amor. Si logro que ella se enamore de mi no tendré porque temer a un simple estúpido niño en pañales que intentara destruirme, y la verdad es que no se cómo algo así no se me ocurrió antes. Volví sobre mis pasos y la descubrí abrazándose las piernas en el mismo lugar donde la había dejado, no se veía triste como las otras veces si no mas bien disgustada, sonreí.
- ¿Molesta aun? – pregunte sabiendo la respuesta pero disfrutando de como se sobresaltaba – estabas pensando en el ángel ese ¿verdad? O en como destruirme…
- No – negó cerrando los ojos.
- Estaba pensando en si prefería mi vida anterior o la que tu llegaste a crear…
- ¿Y…? – enarque una ceja.
- Al menos tu me das una razón para morir antes – sonrió con ironía, era increíble el cambio que había tenido desde hace unos días, ahora se veía mas segura ente mi.
- ¿Puedes explicarme porqué los humanos tienen ese absurdo pensamiento de que la muerte puede ayudarlos a huir de todo lo que los daña en la tierra? – pregunte con verdadera curiosidad y un poco de rabia en la voz.
- Porque… la vida de un humano no es fácil…
- Y crees que la de un demonio si… o semidemonio – comente y ella me miro sorprendida – no pequeña humana, la vida en si no es fácil pero nosotros al contrario de ti si apreciamos la vida porque sabemos donde acabaremos una vez que estemos muertos… además somos superiores a ustedes y por lo tanto no nos lamentamos de haber nacido como demonios…
- ¿Qué quieres decir con saber donde acaban?
- Lo que crees que estoy diciendo – asegure seriamente y me senté a su lado – ustedes los humanos pueden decir que quieren morir porque sus almas regresaran al mundo una vez mueran, reencarnaran en otra persona y vivirán otra vida, es por eso que inconscientemente no se preocupan por su destino después de muertos, pero nosotros, que somos inmortales no podemos darnos el lujo de perder nuestra valiosa vida ya que, una vez “muertos” no hay marcha atrás… - ella pareció comprender el significado de mis palabras y se mostro temerosa, había algo en su mirada que decía que comprendía de algún modo lo que yo quería decir y temía por mi… algo que nunca nadie había hecho. – Pero dejando de lado esas cosas… ven conmigo, saldremos a dar una vuelta…
- ¿Eh?
- Si, eso…
- Pero…
- Pero nada – le tome la mano y prácticamente la arrastre fuera de su habitación, nuevamente estaba sola así que no tenia que avisarle a sus padres que saldría y de todos modos, a mi eso no me importaba. – Pero dejando de lado esas cosas… ven conmigo, saldremos a dar una vuelta…
- ¿Eh?
- Si, eso…
- Pero…
- Pero nada – le tome la mano y prácticamente la arrastre fuera de su habitación, nuevamente estaba sola así que no tenía que avisarle a sus padres que saldría y de todos modos, a mi eso no me importaba.
Jamás se me había hecho difícil conquistar a una mujer en todo lo que llevaba de vida, ya sean demonios o humanas, así que sabia como funcionaba la mente femenina hasta cierto punto. Mostrar tus puntos fuertes es lo principal, ser alguien seguro contigo mismo, darles lo que quieren pero dejándolas deseando más, así caían y Lys no seria la excepción. Caminamos lo que me parecieron horas por la ciudad ya que por lo general acostumbro viajar de un modo mas rápido, pero sabia que con la chica no debía apresurarme de sobremanera, no hablamos mucho y ella parecía aburrida y preocupada, cuando llegamos al centro de la ciudad el sol la noche estaba en pleno apogeo, gente caminaba apresurada hacia sus casas y otros a divertirse, viernes por la noche es el mejor momento para distraerse un poco. Le tome la mano a Lys para guiarla fácilmente, ella se resistió un momento y luego se dejo llevar, a las chicas les encanta sentirse protegidas y notar que se preocupan por ellas, sonreí y seguí avanzando.
- ¿A dónde me llevas? – pregunto por fin casi gritando entre la multitud, yo me detuve y me gire para mirarla mientras sonreía maliciosamente.
- A un lugar maravilloso… - y continúe con mi camino tirando de ella conmigo, no dijo nada mas hasta que llegamos a nuestro destino -. El mejor pub de la ciudad – lo indique haciendo una floritura con la mano, ella parecía desconcertada y algo intimidada, pero estaba seguro que dentro le iba a encantar.
- No me gustan estos lugares – declaro.
- Este te gustara – asegure y la arrastre hacia adentro, había una enorme fila en la entrada pero eso no me preocupaba, llegue hasta donde estaba el guardia de seguridad y pasamos sin ningún problema.
- ¿Cómo es que pudimos entrar sin ser vistos y sin pagar la entrada? – pregunto escandalizada.
- Lo olvidas siempre ¿verdad? Soy mitad demonio – suspire resignado – puedo hacer muchas cosas sin que los humanos se den cuenta.
- Esto es un delito…
- Y eso a mi no me importa…
- Pero…
- Pero nada Lys, no te traje aquí para que critiques mi forma de hacer las cosas, lo que tu crees que es correcto para mi no tiene ningún significado, las reglas de los humanos no se aplican a mi, yo no tengo un deber con la ley de este lugar y por lo tanto no me importa si es correcto o no.
- De acuerdo, pero de todos modos las reglas de aquí si se aplican a mi – se giro para ir hacia la entrada pero la detuve.
- Y aunque así sea esta noche estas conmigo… todo puede ser posible para ti, solo si así lo quieres – le guiñe un ojo y ella se ruborizo pero permaneció enfadada. Se veía bastante incomoda rodeada de gente que bailaba por todos lados, realmente parecía fuera de lugar, quizás no había sido tan buena idea traerla hasta acá, pero desde mi punto de vista es el mejor lugar al que puedes ir en la tierra, es decir, muchas mujeres con poca ropa, alcohol, música, drogas… todos los vicios que hacen a los humanos felices por un corto plazo de tiempo, mientras dure la fantasía -. ¿Quieres beber algo? – ella negó con la cabeza.
- Quiero irme a casa…
- Eso lo dices porque recién esto esta empezando ven, vamos – y la arrastre nuevamente conmigo, esta vez hacia la barra – dos cervezas por favor – le sonreí a la chica de la barra que me devolvió una mirada coqueta y nos sirvió las bebidas, Lys se había quedado muda y me miraba enfadada sin tomar su vaso, de pronto se nos acerco una rubia preciosa para ser humana, la mire expectante hasta que hablo.
- ¿Por qué no vienes a bailar conmigo? – pregunto sin mirar a Lys.
- Es tentador querida… pero tengo que cuidarla – respondí indicando a Lys con la cabeza.
- ¿Cuidarme? – se escandalizo mi humana – ya he tenido suficiente – se levanto y camino decidida hasta la entrada, yo me encogí de hombros ante la rubia y la seguí.
- Para la próxima – le grite a la chica cuando ya estaba lejos.
Encontré a Lys en la entrada esperando salir, le tome la mano pero ella se soltó.
- Déjame - ordeno.
- Te llevare a tu casa – comente cansado, al parecer realmente había fracasado en mi primer intento de conquistar a Lys, parece ser que no todas las mujeres son iguales, pero hasta el momento esta había sido la mejor técnica que había ocupado y nadie jamás me había rechazado, debo admitir que me sentí frustrado y mas molesto, pero debo controlarme, la lleve hasta su casa y sin decir nada desaparecí, ya me tendría de nuevo en la mañana, para mantenerla alejada de ese molesto mosquito con plumas porque de algo estoy seguro, nada ni nadie romperá el enlace que tengo con Lys…