viernes, 26 de noviembre de 2010

Musica ~~


Dysfunctional family




I'm a punk I'm a sinner 

I'm lost new beginner 
I'm a thread to myself 
I'm a get armargeddon 
I'm a freak I'm a liar 
I'm a flirt I deny that I'm not good 



And sometimes I feel like 
I'm only one 
No wonder why I've become 
so dum so dum di dum di dum 



I get more and more strange 
I'm going insane I'm building it up 
Just to break it down 
it get what you see 
It's my destiny 
the product of a dysfunctional family 



dysfunctional, dysfunctional 
dysfunctional family 



I'm a bit suicidal 
I'm my own worst rival 
Trainwreck, white trash, freak, maniac, psycho 
I'm a troublemaking rebel 
Made a deal with the devil 
I'm way past ever coming back 



But sometimes I feel like 
I'm not the only one 
When I see why I've become 
so dum, so dum di dum di dum 



I get more and more strange 
I'm going insane I'm building it up 
Just to break it down 
It's my destiny 
the product of a 



dysfunctional... 



I'm not anybody 
Don't you cry for me 
I'm just from a dysfunctional family 



Family family family family... 



I get more and more strange 
I'm going insane I'm building it up 
Just to break it down 
it get what you see 
It's my destiny 
the product of a dysfunctional family.

Fue tan lol escuchar esta cancion xD de alguna forma extraña me senti identificada todo gracias a Cinema Bizarre 

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Musica ~~

Shadow Of The Day 


I close both locks below the window.

I close both blinds and turn away.
Sometimes solutions aren't so simple.
Sometimes goodbye's the only way.
And the sun will set for you,
The sun will set for you.
And the shadow of the day,
Will embrace the world in grey,
And the sun will set for you.
In cards and flowers on your window,
Your friends all plead for you to stay.
Sometimes beginnings aren't so simple.
Sometimes goodbye's the only way.
And the sun will set for you,
The sun will set for you.
And the shadow of the day,
Will embrace the world in grey,
And the sun will set for you.
And the shadow of the day,
Will embrace the world in grey,
And the sun will set for you.
And the shadow of the day,
Will embrace the world in grey,
And the sun will set for you.





¿Hace cuanto que mis mejillas no sentían las lagrimas caer? ya ni siquiera lo recuerdo, pero hoy todo es distinto caen sin mas, me siento tan vacía, es como si no fuera capaz de sentir nada y sin embargo mis ojos no paran de llorar,...
Es tan patético, soy tan patética ... pero supongo que no saco nada con auto compadecerme,  no hay  nada mas ridículo que eso...



"Sometimes solutions aren't so simple.

Sometimes goodbye's the only way"

Musica ~~

Animal I have become

I can't escape this hell 
so many times I've tried 
but I'm still caged inside 
somebody get me through this nightmare 
I can't control myself 


so what if you can see the darkest side of me 
no one will ever change this animal I have become 
help me believe it's not the real me 
sombody help me tame this animal 



I can't escape myself 
so many times I've lied 
but there's still rage inside 
somebody get me through this nightmare 
I can't control myself 



so what if you can see the darkest side of me 
no one will ever change this animal I have become 
help me believe it's not the real me 
somebody help me tame this animal I have become 
help me believe it's not the real me 
somebody help me tame this animal 



somebody help me through this nightmare 
I can't control myself 
somebody wake me from this nightmare 
I can't escape this hell 



so what if you can see the darkest side of me 
no one will ever change this animal I have become 
help me believe it's not the real me 
somebody help me tame this animal I have become 
help me believe it's not the real me




La letra de esa canción representa como me siento el día de hoy, atrapada dentro de mi viviendo en un circulo vicioso del cual no soy capaz de escapar, si  tuviera la voluntad suficiente para hacerlo quizás resultaría, pero soy tan débil, muchas veces me odio por eso se que tengo todo para ser feliz, pero algo en mi interior no me permite disfrutar de lo que tengo, cada día me encierro mas en mi misma aunque nadie lo note ….

martes, 23 de noviembre de 2010

Réquiem III


 Capitulo III

Cuando mis padres entraron yo seguía agitada por mi conversación con Daemon, podía ver la lata de la bebida sobre la mesa, mi corazón acelerado y sudor frio que recorría mi frente, como prueba irrefutable de su existencia.
-           Lys… ¿Te sientes bien? – Pregunto mi madre acercándose y tocando mi frente – pareces tener  fiebre.
-           ¡Déjala mujer! …  -  Gruño mi papá adelantándose y tomando un vaso – seguramente es porque se queda hasta tarde despierta.
Muchas veces la actitud de mi padre hacia mi me dolía, pero últimamente sus provocaciones parecían no afectarme, me di la vuelta y regrese a mi habitación, respire profundo un par de veces antes de recostarme en la cama, tenia que dormir para poder poner en orden mis pensamientos y asimilar la realidad que se me acababa de imponer pero era imposible conciliar el sueño.
A la mañana siguiente sin haber dormido en toda la noche me levante mas temprano que de costumbre, baje a la cocina, la lata aun seguía ahí la tome entre mis manos y la observe por largo rato hasta que la alarma de mi celular sonó y me saco de mis pensamientos, tire el contenido en el lavaplatos y luego lance la lata al basurero. Observe mi reflejo en el espejo que había ahí  “lamentable” pensé viendo mis ojeras, luego saque cereal e intente comer, era como si simplemente no pudiera ingerir mas allá de la boca suspire, trague lo único que había logrado masticar  y luego… luego fui a clases.
La mañana transcurrió casi con tranquilidad hasta la hora de matemáticas, la segunda clase del día. No había podido prestar atención en todo lo que llevaba de clases y menos lo haría al final, mi mente estaba demasiado ocupada pensando en Daemon como para concentrarme en otra cosa,así que me había dedicado garabatear en una hoja su nombre.
-          …pero hay gente como la señorita {} que parece no tener intensiones de prestar atención en mi clase y prefieren estar garabateando en sus cuadernos, si no le interesan mis clases seria bueno que me hiciera el favor de salir de la sala… - me dijo el profesor y yo me puse colorada.
-          Lo siento profesor, no volverá a suceder… - balbuceé.
-          No, no sucederá porque usted saldrá inmediatamente de aquí…
-          Pero…
-          Nada de peros señorita y espero que esto le enseñe a ser mas responsable… - frustrada tome mis cosas y salí del lugar sintiendo sobre mi todas las miradas de mis compañeros de clase.
Ya fuera del lugar suspire y camine a través de los desiertos pasillos bastante deprimida, jamás se fijaban en mi en clase y por lo general podía hacer lo que quisiera sin que el profesor lo notara, sin embargo desde que apareció Daemon algo en mi pareció cambiar, llamando mas la atención de la gente que me rodeaba. Sin darme cuenta llegue al baño de mujeres, entre, necesitaba agua quizás, me mire al espejo un largo rato y de pronto pareció que alguien me observaba, mire a través del reflejo pero no había nada, camine hacia los cubículos y los revise uno a uno, pero no había nada ni nadie, de pronto el silencio pareció inundar el lugar y  la gotera que hasta hace poco hacia mucho ruido se detuvo, un inmenso frio recorrió mi cuerpo y sentí miedo, un miedo irracional para cualquier persona que no hubiera vivido lo que yo durante estos días.
-          Así que tu eres la marioneta de Daemon… - comento una sutil voz femenina proveniente de no sabia donde, busque frenéticamente a la dueña de aquellas palabras pero fue inútil, avance rápidamente hacia la pared al menos así vería cuando se apareciera y no podría sorprenderme por la espalda.
-          ¿Quién eres? ¡Muéstrate! – exigí con la voz temblorosa y bastante menos valor del que esperaba demostrar, ella soltó una risita baja y cruel.
-          No hay necesidad de mostrarme porque después de todo eres una simple mortal… - seguí observando, la voz debía provenir de alguien que estaba en la habitación, alguien como Daemon, quizás otro semidemonio o tal vez un mismo demonio, temblé de miedo nuevamente.
-          Por favor… - gemí – yo no elegí esto…
-          Nadie lo elige niña, tu solo eres una objeto que Daemon están utilizando, pero pronto morirás y el regresara a Seol…
-          Yo no…
-          Tu vida no importa ¿no te das cuenta? Eres tan insignificante como un insecto, puedes morir y a nadie le importara… - ella tenia razón, si yo moria nadie me extrañaría, seguramente seria un alivio para mis padres y mis compañeros ni siquiera lo notarían…
-          ¿Quién eres? – repeti pero de pronto se escucharon unos ruidos y un grupo de chicas entraron al baño, la voz se esfumo y el miedo también, pero yo seguía temblando.
-          ¿Qué haces fenómeno? ¿Hablas sola? – pregunto la chica que encabezaba el grupo, una niña de pelo negro largo y brillante, de esas típicas chicas que lo tienen todo y son admiradas por muchos, la reconocí de inmediato como Cassandra.
-          No yo… - la observe con algo de miedo, ella siempre había logrado intimidarme.
-          ¿Por qué me miras así? ¿Tanto miedo te causo? – dijo con un tono de asco – ah ya se quien eres… eres la tipa rara que nunca habla con nadie, la gente te conoce ¿sabes? Eres bastante famosa en el mundo freak, se rumorea que eres lesbiana porque no pareces tener interés por los hombres… ¿es cierto? – soltó una risa y sus compañeras la imitaron, sus miradas se posaban en mi y por mas que me apegue a la pared y trate de fusionarme con ella no resulto, ese día parecía ser el pero de mi vida.
-          No… - negué en un susurro.
-          Podrías hablar más fuerte, no te escucho – grito acercándose a mí y tomándome de la corbata ahorcándome un poco.
-          No… - repetí en un gemido de dolor, ella tiro un poco mas y luego me soltó haciendo que me golpeara contra la pared y resbalara unos centímetros al perder el equilibrio.
-          Ya déjala Cass – comento conteniendo la risa una niña de pelo rizado y castaño – no descargues tu mal humor con basura – luego paso al lado mío hasta el espejo.
-          ¿Y qué esperas? – grito Cassandra – ¡largo! – tome mis cosas y salí casi corriendo mientras ellas soltaban carcajadas crueles.
Corrí hasta que estuve lejos de ellas, lejos de todo, apena salí las lagrimas comenzaron a caer, me sentía tan patética, tan vulnerable que ni siquiera podía darme las fuerzas como para enfrentar la siguiente clase así que simplemente salí del colegio y decidí regresar a mi casa.

Jamás pensé que ella se aparecería en el mundo humano con el único propósito de hacerme regresar, ella sabe que matando a Lys tendré que volver todos los días Seol pero nunca creí que la encontraría tan pronto, es preocupante pero a menos que intente hacerle algo a mi humana no actuare aunque bueno dejando de lado a esa persona debo comenzar por vengarme de unos cuantos humanos.Este día había decidió seguir a Lys a donde vaya ya que, al no poder alejarme mucho de ella tengo que de cierto modo vivir su vida y por lo que he visto no es muy divertida, esa chica si que es miserable, y aunque disfruté de su humillación publica al ser expulsada del salón debo admitir que me molesto un poco no ser yo el causante de esa desgracia, pero lo que si logro hacerme enfadar fue esa tal chica Cassandra la razón es tan simple como que solo yo soy el demonio personal de Lyz, un semidemonio bastante posesivo y debo por lo tanto ser el único que la mortifique de ese modo, por lo tanto mi plan de venganza comenzaría en el crepúsculo, durante las únicas horas que puedo permanecer lejos de Lys.
Seguí a mi chica hasta su casa, obviamente evitando que me vea o note mi presencia, parecía bastante deprimida y no podía culparla, aun así su estado de ánimo no es algo que me importe realmente, cuando llegamos me ubique cómodamente en su habitación mientras la observaba. Ella lloraba recostada en su cama, yo simplemente la miraba, intentando adivinar cual seria su próximaacción, lo que no me esperaba era que sacara de debajo de su cama una caja donde guardaba un pequeño cuchillo muy afilado, bueno quizás era de esperarse que ella hiciera estas cosas después de todo, a veces lo humanos me causan bastante gracia, piensan que dañando su cuerpo pueden sentirse mejor psicológicamentesin darse cuenta que herirse no es nada mas que un acto superficial sin satisfacción alguna mas que la pasajera sensación de dominar tu propio miedo, pero en realidad esa dominación es solo apariencia, porque el miedo de sentir o no sentir es mas grande que el miedo a dañarse físicamente. Los demonios por el contrario somos bastante narcisistas, no dañaríamos nuestros cuerpos porque consideramos que la belleza esta en la perfección y las cicatrices son una muestra de imperfección y debilidad. Es bastante obvio que tiene depresión o algo parecido, miraba la navaja como si estuviera hipnotizada, había dejado de llorar y ahora su rostro mostraba otro sentimiento, uno que no era capaz de descifrar del todo y cuando ya definitivamente comenzó a acercar el cuchillo a su muñeca decidí hacer mi aparición, me acerque por detrás, tome su brazo y le hable suavemente en el oído con apenas un suspiro.
-          Eso no es conveniente para mi… - ella se asusto soltando un pequeño sollozo – si llegas a pasarte y te suicidas ¿qué crees que pasara conmigo? Ahora tu cuerpo es mi cuerpo y no quiero que lo dañes…
-          Es mi cuerpo y puedo hacer lo que quiera con el – susurro algo enfadada, al parecer su frustración era mucho mayor al miedo que me profesaba.
-          Te equivocas, desde que hice el enlace contigo pasaste a ser de mi propiedad, eres mi objeto de conexión a este mundo ¿qué no te lo había explicado ya? – suspire resignado ante la suspicacia de esta chica de no creer en lo que le decía aun cuando me tenia frente a ella como una gran prueba de la existencia de los demonios.
-          ¿Y acaso no cuenta mi opinión? – pregunto derramando un par de lagrimas mas y con cierto reproche indignado en la voz.
-          Uhmh… pues… no, yo te elegí a ti niña porque eras lo mas débil que había en el lugar por lo tanto la mas posible de conectarse conmigo, luego te di la opción de coger mi mano o no y tu, la tomaste aceptando así el trato desde ese momento.
-          Y si yo muero ¿qué pasa contigo? – pregunto de pronto deteniendo las lagrimas.
-          Bueno, tendría que regresar nuevamente a Seol durante el día, algo que realmente no deseo – comente con una sonrisa fría para darle a entender el mensaje más claramente.
-          Y si tú mueres…
-          Cosa improbable debido a que soy inmortal – la interrumpí - pero claro, siempre pueden asesinarme y en ese caso quedarías libre y podrías regresar a tu aburrida vida o suicidarte si así lo deseas. – También hay otra forma de que quede libre pero obviamente no se la diré, me ubique frente a ella y tome el cuchillo de sus manos guardándomelo en un bolsillo del pantalón, las cadenas que adornaban el costado tintinearon al contacto con el metal, luego la tome de los hombros y la hice mirarme directamente a los ojos –Quiero que entiendas que esto no es por ti así que no presumas que me estoy preocupando por tu bien, así que ten en cuenta que si haces algo para acabar con tu vida lo impediré y a la vez me encargare de hacer tus días aun mas imposibles, ¿entendido? – ella asintió reprimiendo un sollozo, segundos después sin poder contenerse me rodeo con sus brazos y comenzó a llorar amargamente, jamás había conocido a un humano tan desdichado como esta chica, la deje que se desahogara, después de todo mi parte humana también había pasado por eso y ni siquiera la sangre demoniaca que corría por mis venas había impedido que sufriera cuando aun era niño, soy insensible muchas veces si, pero también tengo que saber cuando actuar de tal modo para manipular las situaciones, Lys necesitaba un apoyo en este momento y yo era lo único que tenia cerca, luego de llorar se le pasaría, estaría mas tranquila y no volvería a intentar suicidarse, así de simple. Pasados unos minutos la aleje cuidadosamente de mi, ya se había hecho de tarde así que podía librarme de ella, esta sensación de libertad durante las horas nocturnas era bastante satisfactoria ya que al estar atado a Lys la mayoría del tiempo me sentía prisionero, no tanto como lo estaba en Seol pero al menos la compañía de esta niña era mas aceptable que la compañía de demonios en ese lugar. Ella levanto la cabeza y me miro avergonzada.
-          Lo siento – se disculpo secando sus lagrimas – se que no es por mi y lo entiendo… después de todo nada es por mi…  - la ignore y me gire para salir del lugar por la ventana - ¿Te vas? – pregunto de pronto notando mis intensiones, no parecía que quisiera que me quedara.
-          Si, durante las noches puedo alejarme de ti así que descansa tranquila, mañana nos veremos de nuevo – dije haciéndole un guiño.
-          En realidad me gustaría no verte mas –comento débilmente y yo sonreí.
-          Lastima me veras el resto de tu vida… - y desaparecí del lugar.

Eran aproximadamente las siete de la tarde, rastree la ciudad en busca de Cassandra, esa chica era malvada ¿y qué mejor que hacer sufrir a alguien malvado? Me las pagaría por hacer que Lys se sintiera mal sin que yo interviniera y sobre todo por lograr que mi humana intentara suicidarse. La encontré en una cafetería, estaba sentada con dos chicas más de poca relevancia, me encamine hacia el lugar y las divise. Me pase una mano por el cabello y me arregle la chaqueta, metí las manos en los bolsillos y avance decidido a la mesa continua a donde estaban, sentí que las tres me observaban y cómo no lo harían si después de todo soy un sexy semidemonio, tan agraciado como los demonios y tan real como los humanos. Me acomode en el asiento y una camarera de avanzada edad se acerco, le sonreí de medio lado y la señora se ruborizo, me causo gracia lo que provocaba hasta en las humanas mas maduras, le pedí un café y mientras esperaba recargue mi cabeza en una mano en un gesto pensativo cuando en realidad estaba pendiente de cada palabra proveniente de la mesa de al lado.
-          Es muy guapo – comentaba una de las chicas emocionada y sin dejar de mirarme.
-          Parece muy fuera de lugar, nunca había visto a un chico así – dijo Cassandra en un susurro, yo observe el cenicero que había en la mesa luego me concentre para llegar a la mente de las chicas e hice que omitieran que el objeto estaba ahí, la mesera llego con el café, lo deposito en la mesa, sonrió y se fue, yo fingí buscar un momento y luego me gire para mirarlas.
-          Disculpen chicas… ¿están ocupando el cenicero de su mesa? – pregunte suavizando la mirada y sonriendo avergonzado.
-          No – se apresuro a decir Cassandra antes que las otras dos pudiera recuperarse de las impresión que les había causado, tomo el cenicero y se levanto – ten – sonrió al llegar a mi lado.
-          No tenias que levantarte – sonreí tomándolo – gracias – y me gire un poco para sacar una cajetilla.
-          Te ves muy joven para fumar – comento moviendo las pestañas de forma coqueta y buscando una forma de llamar mi atención para que le invitara a sentar y siguiéramos conversando, no se la haría tan fácil.
-          Tengo diecisiete pero eso no tiene porque saberlo los del lugar – le guiñe un ojo y se ruborizo, yo saque un cigarro y un encendedor de plata, luego le ofreci uno - ¿fumas? – le pregunte, ella dudo un momento, estaba con el uniforme de su colegio y probablemente le traería problemas si una de las empleadas le pidiera su identificación pero aun así cogió uno.
-          ¿Me puedo sentar? – yo asentí, le preste fuego y luego encendí el mío, las otras dos chicas la miraban con resentimiento, sonreí para mis adentros.
-          Que tus amigas también vengan – comente fumando, ella asintió aunque en realidad parecía no querer mas compañía, las chicas emocionadas se acercaron a la mesa – ¿quieren uno también? – les ofrecí, una acepto la otra no, ella parecía mas reservada y no muy cómoda con sus amigas. Deje el cigarro en el cenicero y bebí un poco de café – ¿Les gustaría pedir algo? Yo invito – sonreí lo mas encantadoramente posible y las tres como hipnotizadas por mi asintieron, también pidieron café y yo sabia que era solo por aparentar ante mi, eso me causo mucha mas gracia, el comportamiento humano valía la pena ser estudiado.
-          ¿En serio tienes  diecisiete años? – pregunto la chica morena de pelo corto y ojos castaños, yo asentí - yo tengo dieciséis – informo – me llamo Ami – se presento, Cassandra la miro un poco molesta, se nota que le gusta ser el centro de atención.
-          Soy Cassandra – se presento con una sonrisa radiante – también tengo dieciséis.
-          Yo soy Tania – comento la que me parecía mas reservada, tenia el cabello largo, castaño oscuro y ojos bonitos ojos color miel, no agrego su edad pero supuse que tendría lo mismo que las dos anteriores.
-          Mi nombre es Daemon – sonreí de medio lado.
-          ¿Es en serio?
-          Si, mi madre es algo… excéntrica – bromee ellas sonrieron.
-          Me gusta – afirmo Cassandra – ¿y a que colegio vas?
-          Oh no lo conoces, no es de este lugar…
-          Entonces no eres de aquí – comento emocionada Ami.
-          Algo así – sonreí misteriosamente – estoy aquí por asuntos personales – agregue tomando el cigarro nuevamente, la mesera se acerco con los cafés de las chicas y las observo con gesto reprobatorio por fumar estando con uniforme.
-          Chicas, si son menores de edad no puede fumar aquí – comento.
-           Descuide, están conmigo y bueno, supongo que usted también hizo algunas cosas indebidas cuando era joven –dije en tono jocoso, la señora sonrió condescendientemente y luego se fue sin decir nada mas, las chicas me miraron sorprendidas y admiradas.
-          Si que sabes llevarte con las personas – comento Cassandra con un brillo seductor en los ojos, yo me incline de hombros como dándole la razón. Luego de eso conversamos cosas triviales, las chicas reían como tontas ante mis bromas y yo prácticamente las tenia comiendo de mi mano, las humanas son tan fáciles de complacer, cuando terminamos el café pague la cuenta y salimos los cuatro a caminar por la cuidad, obtuve sus números de teléfono y lugar de estudio.
-          Pasa a vernos antes de irte de la cuidad – comento Tania amablemente cuando nos estábamos despidiendo.
-          Claro – sonreí – nos volveremos a ver… - dije levantando una ceja en un gesto que indicaba mas de lo que quería decir, Cassandra camino hacia mi y me dio un beso en la mejilla.
-          Realmente espero volverte a ver – susurro para que solo yo la pudiera oír, se mordió el labio inferior en un gesto de obvio deseo y luego se alejo, Ami también me beso en la mejilla y luego las vi irse riendo, bromeando y lanzando de vez en cuando una mirada hacia mi, ya las tenia, pero sobre todo tenia a Cassandra.
Vague unas horas mas por la cuidad y luego fui a ver a Lys, dormía tranquilamente así que no la moleste, al parecer no había vuelto a intentar nada en su contra, así que me fui al único lugar al que podía recurrir estando en la tierra, un lujoso departamento que había adquirido hacia algunos años por el puro placer de tener un escondite en este lugar, el cómo conseguí el dinero para pagar al lugar no es muy difícil de eliminar, al tener ciertos poderes puedo conseguir todo el dinero que se me de la gana, para un demonio robar no es un pecado, es parte de la vida. Cuando llegue me recosté en la cama y dormí un par de horas antes de que amaneciera, luego volví junto a Lys sin que ella se diera cuenta.
Mi plan debería funcionar perfectamente desde la salida del colegio así que espere hasta esa hora, cuando todos comenzaron a abandonar el establecimiento aparecí frente al lugar apoyado en un árbol para mi buena suerte Lys venia muy cerca del grupo de Cassandra. Cuando las chicas me vieron sonrieron felices y corrieron hacia donde estaba.
-          Hola Daemon… - dijo Cassandra moviendo su cabello de modo provocador.
-          Hola chicas – dije distraídamente mirando por encima de sus cabezas, ellas parecieron confundidas.
-          ¿Esperas a alguien? – pregunto Ami con un dejo de preocupación en la voz.
-          Si, y ahí viene – les sonreí rápidamente y camine hasta llegar a Lys que me miro sorprendida y aterrada.
-          Daemon… - gimió despacio abriendo de sobremanera los ojos.
-          Hola Lys, vine a buscarte –la observe fijamente y luego le tome la mano y la atraje hacia mi besándola suave pero firmemente, las chicas miraban la escena con envidia y Cassandra parecía estar mas que herida en su orgullo, que un chico como yo prefiera al fenómeno antes que a ella debía ser escandaloso rayando en lo absurdo, sonreí maliciosamente mientras seguía besando a Lys que no parecía reaccionar y mire de reojo a la pelinegra que me devolvió una mirada de profundo estupor y odio, luego me volví a concentrar en mi humana y para mi propia sorpresa me di cuenta que no me desagradaba del todo estar así con ella.



Capitulo 3 subido espero les guste =)

lunes, 8 de noviembre de 2010

Réquiem ~~ capitulo 2


Capitulo II



Quizás solo buscaba la forma de escapar del lugar que tanto he odiado desde que tengo conciencia o simplemente me aburría de vivir rutinariamente en Sche'óhl, el caso es que decidí atarme a un alma humana sin pensar mucho en lo que eso pudiera significar. Sche'óhl o Seol según las escrituras bíblicas es también el denominado infierno, aunque yo mas bien le diría un mundo seco y sin vida donde no hay mucho por hacer, sobre todo si la mitad de ti es parte humano. En este lugar habitan demonios de toda clase e incluso puedes encontrar de vez en cuando a un ángel caído, pero son tan deprimentes que es mejor ni acercarse, aunque claro yo al estar dentro de la más baja escala de este lugar no tengo mucho por donde elegir para comunicarme. Yo nací en ese mundo, mi madre es una demonio poderosa pero cayo en la deshonra de enamorarse de un humano ¿Sarcástico no? Un demonio enamorado, eso si que no lo he visto mucho por estos lados y por lo general ellos prefieren abandonar Seol antes de someterse a la humillación de ser desterrados, mi madre por el contrario decidió quedarse y enfrentar a quien le dijera algo, así mismo me dio el nombre de Daemon como un modo irónico de hacerme destacar. Pocos de nosotros –los semidemonios- logramos sobrevivir en este mundo y por lo general mueren, pero yo he logrado lo que ningún otro de mi especie ha hecho, ser temido hasta por mis superiores, tal vez se deba al poder de mi madre o quizás a mis deseos de superarlos, pero el punto es que nadie se atreve a retarme.
El día que decidí atarme a un alma fue también el día en que comprendí que en el inframundo no tendría oportunidad de demostrarle a mi madre de lo que soy capaz y quizás en el mundo de los humanos lograría mi propósito. Como todas las tardes me aparecí en el centro de una ciudad cualquiera, solo debía encontrar un alma débil de entre todas las que caminaban de regreso a sus casas, tanto demonios como ángeles podemos notar la fuerza del alma de una persona a través de su aura, algunas tienen mas resplandor que otras y de vez en cuando se encuentran algunas que son bastante opacas, esas son las que nos sirven para atarnos, porque son tan frágiles que se adaptan a cualquier invasión que reciban sin dañar a su propietario. Las almas mas fuertes en cambio luchan contra nuestras ataduras y al final el humano acaba por morir, dejándonos nuevamente libres y por lo tanto sin el poder de quedarnos en el mundo por mucho tiempo. Me senté en una calle principal a esperar, pasaron muchas posibles victimas pero ninguno lo suficientemente débil hasta que de pronto lo sentí… sentí su presencia mas que verla, ansiosamente pasee la vista entre la multitud buscando su aura, fueron unos largos minutos hasta que logre dar con la persona correcta, era una chica de aspecto triste, un cuerpo pequeño y frágil, ojos almendrados de color pardo, cabello largo con flequillo que le cubría gran parte del rostro, no era fea pero había algo en ella que provocaba rechazo, quizás su misma aura la hacia parecer poco agraciada, en todo caso no era algo que realmente importara, mis motivos eran netamente egoístas así que su aspecto no interfería demasiado en mis objetivos, obviamente habría preferido a una chica mas bella pero por el momento me conformaba con ella, el tiempo es bastante relativo cuando eres inmortal y probablemente la siguiente persona a la que me atara podría ser mas atractiva. Me levante del lugar donde estaba y con las manos en los bolsillos la seguí por un rato, extrañamente aunque estuviera a gran distancia de ella si se me perdía un momento podía volverla a encontrar solo gracias a su presencia, decidí no pensar mucho en ello y continúe con mi cometido. Llegamos hasta un lugar bastante apartado del centro de la ciudad y elegí realizar mi plan en ese momento, tengo la habilidad de alterar las sensaciones de las personas, es decir que puedo hacerlos creer que hacen algo cuando en realidad están haciendo otra cosa, es como una ilusión que dura el tiempo que yo quiera, bastante conveniente a la hora de atrapar, huir, molestar y eso es solo una de las cosas que puedo hacer. La hice creer que estaba en un lugar desconocido, que se había perdido mientras la guiaba hacia una pequeña plaza solitaria, fue mas fácil de lo que me esperaba, se sentó en un columpio y yo sigilosamente me situé a su lado, le tendí mi mano y ella inocentemente la tomo…
Al hacer la conexión pude averiguar bastantes cosas sobre ella, su nombre, dirección, edad, lo básico y necesario para poder llevarla de vuelta a casa así que la dormí, la tome en brazos y nos fuimos al lugar donde vivía, otra de mis habilidades es volverme insustancial, o sea que puedo trasportarme en el espacio hacia donde yo desee en solo segundos y por consecuencia cualquier cosa que lleve conmigo también viaja, si, otra de mis grandes ventajas. Cuando llegamos no había nadie así que la tendí en su cama y luego de observarla unos minutos decidí volver a Seol a tomar algunas de mis cosas para poder regresar a instalarme definitivamente en el mundo humano.
Días después volví a visitarla, ella cree que todo ha sido solo un sueño y por el momento dejare que siga pensando eso. La única gran desventaja que tiene todo esto de atarse a un alma humana es que el semidemonio no puede apartarse mucho de su enlace, así que tendré que mantenerme cerca de ella, al menos de día y de noche podre salir libremente a divertirme. Volví al inframundo esa noche ya que no tenia nada mas que hacer, me senté en el balcón del palacio de Abadía, que es donde reside mi madre y por ende yo, es uno de los lugares mas importantes del inframundo ya que representa el reinado de un demonio sobre otros, claro que hay lugares mas impresionantes y de mayor jerarquía que son dirigidos por los altos cargos demoniacos aunque hasta el momento no son relevantes en mi vida y por lo tanto no describiré.
- Así que te ataste a una persona – oí de pronto a mis espaldas una voz burlona, me gire lentamente y vi en el umbral de la puerta una figura alta y delgada, unas alas casi transparentes nacían desde su espalda y se notaban por la sombra ya que estaba a contraluz.
- Al menos puedo huir de este mundo – comente tranquilamente volviendo a mi posición inicial y observando el monótono horizonte de Seol – en cambio tú estas destinado a permanecer aquí por la eternidad – agregue sardónicamente con una sonrisa maligna.
- Bueno, de donde vengo tampoco podía ir a muchos lugares, al menos a ustedes se les permite visitar el mundo humano de vez en cuando, en Caelum no nos permitían bajar a la tierra, era demasiado impura para nosotros…
- Debe ser realmente duro ser un ángel caído – dije divertido sin sentir lastima por el.
- A veces si otras no, al menos estoy casi al mismo nivel de los semidemonios – agrego maliciosamente – debe ser mas duro ser mitad humano, me imagino como te han discriminado a lo largo de tu vida – se sentó a mi lado dando la espalda al paisaje sobrecogedor que yo miraba, sin dejar de observar mi rostro, yo no cambie mi expresión pero de reojo pude observar sus alas, imagine que en otro tiempo debieron ser esplendorosas, los que tenemos sangre de demonio no sentimos verdadero amor, pero si sabemos apreciar la belleza y las alas de los ángeles son algo que vale la pena observar al menos un segundo antes de intentar destruirlas. En cambio ahora, esa casi transparencia se debía a que ya no podía volar con ellas, se le había prohibido la entrada Caelum, la tierra de los ángeles ya que había transgredido las leyes celestiales, no era algo que me importara así que nunca indague en su vida, los ángeles caídos son mucho mas susceptibles a las emociones que los demonios así que siempre buscan la compañía a pesar de que la mayoría son rechazados. Incline la cabeza para ver su rostro, su piel casi blanca parecía brillar en la oscuridad del atardecer al igual que sus cabellos plateados, sus ojos de un azul zafiro eran bastante fríos, Asbeel realmente era un desertor, parecía no extrañar Caelum como el resto de los ángeles caídos, se supone que Seol para ellos es el peor castigo que pueden recibir pero Asbeel parecía disfrutar de este lugar.
- Mi otra mitad es un demonio y me crie como tal, no me afecta el odio, porque yo también odio así que no ha sido duro realmente – respondí fríamente poniéndome de pie y avanzando hasta la salida – nos vemos… o tal vez no – despedí entrando al palacio.
Camine a través de los oscuros y fríos pasillos de Abadía, por lo general los demonios son bastante presuntuosos y llenan de lujo todo lo que pueden, pero Abadía en particular estaba lleno de objetos ostentosos aunque claramente eso no alegraba mucho el ambiente. De pronto me detuve, alguien se acercaba por el otro extremo del pasillo, una mujer alta de cabello extremadamente liso, negro y que le llegaba hasta las rodillas, la tenue luz que iluminaba el lugar destaco su piel grisácea y brillante, sus ojos negros delineados parecían hacer resaltar aun mas las finas facciones de su rostro, era mucho mas alta que una mujer humana y mucho mas bella. Vestía un traje ceñido, plateado con detalles rojos y en sus manos y cuello brillaban joyas plateadas a conjunto.
- Madre… - susurre un poco impresionado, no era común verla por el palacio y menos que se acercara a mi.
- Me han llegado algunos rumores Daemon… - comento con un tono sutil y peligroso.
- Los rumores siempre son por algún motivo y creo que están en lo correcto esta vez – dije firmemente manteniendo una expresión fría, mi madre nunca ha sido muy maternal que digamos y menos cariñosa, nuestros tratos siempre fueron directos y fríos, pero con todos los demonios es así.
- Así que realmente te ataste a un alma humana… Asbeel no se equivoco entonces -´dijo avanzando y llegando a mi altura, sin mirarme a los ojos como era su costumbre.
- No entiendo porque permites que ese ángel viva en este lugar – susurre sin emoción alguna.
- Por la misma razón que permito que tu lo hagas – respondió simplemente pasando a mi lado y dándome la espalda, no me gire para verla marcharse, eso había sido bastante humillante pero no podía culparla, su naturaleza es ser así y ya me he acostumbrado a lo largo de los años a ser casi insensible a sus palabras, Asbeel y yo solo somos sus experimentos y he aprendido a sentirme como tal, hasta cierto punto…
Como necesitaba llegar hasta uno de los portales para trasladarme al mundo humano tuve que pasearme por casi todo el castillo, por principio, educación y sobre todo protección estaba prohibido aparecer o desaparecer en los terrenos, los demonios son bastante competitivos por lo que cada lugar tiene sus propios medios de seguridad para evitar ataques sorpresa, este paseo por mi “querido hogar” lo único que logro fue empeorar el mal humor que logro provocar Asbeel, así que lo único que quedaba por hacer era ir a visitar a mi querida humana personal.


Ya hacia una semana que había tenido ese extraño sueño donde un supuesto semidemonio se ataba a mi alma, creo que tanta soledad estaba terminando por volverme un poco loca, era bastante tarde pero al día siguiente tenia un examen complicado por lo que había decido repasar la materia, de pronto oí un extraño ruido proveniente de la cocina, mis padres estaban en una fiesta así que supuse que ellos habían llegado, observe por la ventana pero no había ni rastros del auto, extrañada baje el volumen de la música y me quede inmóvil, esperando hasta que oí otro ruido, alguien abriendo una puerta, pero no se oían pasos que era lo mas extraño, pensé que podía ser el viento o el gato de mi mamá que había decido entrar en la casa, pero de todos modos me levante y fui a revisar. Baje sigilosamente las escaleras, todo esta tranquilo, al menos a primera vista, camine por el salón y me dirigí a la cocina, una silueta oscura se apreciaba sentada sobre la mesa, asustada di un salto hacia atrás, tenia tanto miedo que ni siquiera pude gritar, se oyó una suave risita masculina y de pronto las luces se encendieron.
- Hola pequeña, ha pasado tiempo desde la ultima vez que nos vimos… - comento el chico que solía aparecerse en mis sueños, un escalofrió me recorrió la espalda, sentía el impulso de salir corriendo pero extrañamente mis músculos no reaccionaban a mi petición y esta vez no tenia nada que ver con que realmente no pudiera moverme, lo observe detenidamente, su rostro era tan perfecto, mi imaginación si que se había esforzado en crear a un hombre tan idealizado, era el típico chico malo por el que cualquier chica moriría, pero con un aire mas elegante e inteligente, sin embargo el verlo me provocaba cierta ambivalencia, rechazo, como que no deseaba quedarme por mucho tiempo en su presencia y a la vez atracción, quería saber de el, tocar su piel nívea, observar sus ojos.


- ¿Quién eres? – pude preguntar por fin con una débil voz, sorprendiéndome de que esta vez pudiera hablar, parecía que mi subconsciente estaba de mi lado esta noche.
- Que descortés de tu parte olvidar mi nombre – dijo el chico dolido, note que solo fingía por la exageración de sus gestos.
- Daemon… - susurre casi como en un suspiro, ese nombre me confundía de un modo bastante extraño.
- Bingo! – sonrió saltando de la mesa y acercándose hacia mi mientras abría una lata de bebida – tu demonio personal ¿lo olvidas? – bromeo bebiendo un poco del contenido, yo trague saliva, estaba bastante nerviosa. – De acuerdo, semidemonio pero eso no me quita el rengo de maldad – bromeo nuevamente.
- Oh bueno… si lo dices así suena como su fueras mi mascota – conteste intentando dominar mi nerviosismo, después de todo solo era un sueño, ¿qué podía temer? el me lanzo una mirada peligrosa.
- Veo que ya te estas acostumbrando a mis apariciones querida Lys – dijo entrecerrando los ojos y tomando mi mentón, yo no me moví y no porque no quisiera sino porque de pronto no pude hacerlo. – Tanto que tienes la seguridad de poder contestarme de ese modo…
- Es solo un sueño… - pude decir.
- Solo un sueño ¿eh? Ojala pudiera ser solo un sueño, pero lamentablemente es la realidad o si no… no podrías sentir dolor ¿no crees? – y sentí algo filoso deslizándose por mi cuello hasta mi clavícula, sentí una punzada de dolor cuando lo que sea que tenia en la mano penetro en mi piel – lo sientes ¿verdad? – pregunto con una sonrisa cruel.
- De…tente – gemí – esto no puede ser real… tu no… - soltó una carcajada dejándome libre, pude volver a respirar con regularidad, me palpe el lugar donde me había cortado, había sangre pero no demasiada, lo mire horrorizada, sentí el dolor, tome consciencia de todo lo que había a mi alrededor, el suelo bajo mis pies, los latidos acelerados de mi corazón, mi respiración agitada, el cabello cayéndome sobre el rostro, podía sentirlo todo como si… como si estuviera despierta, observe la mano con la que me había tomado pero ahí no había ni cuchillo ni ningún arma cortante, sonrió mas ampliamente y me mostro una garra afilada que volvió a ocultar rápidamente, el horror no me dejo gritar nuevamente, sudaba frio mientras intentaba pensar con claridad, mis padres llegarían pronto y podrían verlo…
- ¿Por qué no puede ser real? ¿Acaso pensabas que los demonios éramos solo un mito? Bueno la idea es que los humanos crean eso… así se mantiene el equilibrio y nos conviene tanto a nosotros como a esos cursis homosexuales alados… Ahh pequeña no tienes idea en lo que te has metido, y ni siquiera porque tu quisieras.
- Qué…?
- Creo que ya te lo explique – dijo en tono aburrido – Humanos… todo el tiempo hay que repetirles las cosas, nunca entienden a la primera.
- Pero… - susurre temblando, me intimidaba su forma de hablar pero como a poco mi paciencia se estaba agotando, no podía esperar que de pronto asumiera que mis sueños eran reales así como si nada y que recordara todo lo que me había dicho en sus visitas anteriores, por no mencionar que la sola palabra “demonio” me causaba escalofríos, ¿porqué no fue un ángel el que se ato a mi? ¿porqué precisamente un semidemonio? Y en realidad ¿porqué a mi? Ni siquiera es como si yo pudiera ser la “elegida” de alguna cosa, lo mire con expresión perdida y turbada supongo, porque volvió a reír, como si le hiciera mucha gracias mi situación, estaba en pánico y mas encima con un demonio que se burlaba de mi, que estado tan patético y lamentable, angustiada levante la vista y lo mire, no estaba acostumbrada a ser tratada de ese modo y menos a que alguien me humille, siempre me ignoran que es mejor.
- Oh por satanás! Y si, solo lo dije porque quería hacer una ironía con respecto a tu Dios y al mío… o algo así – se burlo – aclaro por si no lo entiendes ya que tu mente parece funcionar incluso mas lento que la de los humanos normales – sonrió con superioridad.
- Hey! – proteste – entiéndeme un poco – este tipo estaba logrando hacerme enojar, primero llegar y se aparece en mis sueños, luego dice que es un semidemonio o lo que sea y ahora que todo es real, mas encima me trata de tonta. – Acabas de despertarme de mi lindo y tranquilo mundo de fantasías donde no creía que existían los demonios – gruñí mirándolo con el ceño fruncido y sorprendiéndome del tono de mi voz que no se parecía en nada al que usaba cotidianamente, incluso cuando se trataba de enfrentarme a alguien. El parecía bastante divertido y eso aumento mi enojo – no puedes venir aquí a herirme de la nada y pedirme que recuerde todo lo que me has dicho mientras estoy en estado de shock…
- Vale, lo siento – sonrió – pero entiende que soy un demonio, no es que sea demasiado consciente de los demás.
- Bueno tendrías que aprender a serlo – bufe molesta.
- Lo tendré en cuenta cuando me den ganas de ser amable – se burlo.
- ¿Y qué haces aquí?
- Me la quieres hacer difícil ¿cierto? – sonrió de medio lado – te dije que mientras este unido a ti no podía alejarme mucho…
- ¿Y hasta cuando estarás atado a mí? – pregunte esperanzada.
- A ver… déjame calcular – se quedo unos momentos pensando mientras yo ansiosa esperaba – uhmh… por… siempre - concluyo ampliando la sonrisa, yo quede nuevamente paralizada.
- ¿Y no hay modo de que pueda liberarme de ti? ¿Un exorcista o algo?
- ¿Tú crees que si hubiera forma te la diría? – rio nuevamente, este chico si que parecía feliz, aunque mirándolo fijamente había cierto vacío en su mirada – en todo caso no, no hay forma y ni se te ocurra decirle a alguien porque obviamente no te creerán y en serio, no quiero pasar el resto de tu vida en un manicomio.
- Bastardo…
- Algo así…
- ¡Demonios!
- No, solo yo y soy mitad…
- ¿Es que no puedes mantenerte en silencio mientras maldigo?
- Me encanta fastidiar así que… no.
- Imbécil…
- Eso si que no – hizo un mohín divertido lo que me saco una risita que luego lamente, no podía reírme en esos momentos, mi vida acababa de dar un giro enorme y si lo único que quería era pasar desapercibida y con un demonio siguiéndome claramente no lo lograría…
- Espera… cuando dices que tienes que mantenerte cerca de mi…
- Digo exactamente eso, me he venido a vivir contigo ¿Dónde pongo mi equipaje? – pregunto seriamente.
- ¿Vivir aquí… conmigo… casa…?
- Si, aquí, contigo, casa… cama – me observo lascivamente y yo retrocedí asustada, de pronto se escucho el sonido de un automóvil entrando en el estacionamiento de la casa, mire temerosa a Daemon pero aliviada de notar que eran mis padres los que llegaban, el soltó una carcajada, dejo la lata de bebida sobre la mesa y desapareció.